Las cuentas de Hacienda desvelan que los asturianos pagamos más impuestos que el resto de los españoles, con el matiz de que la región recibe un saldo muy favorable para las prejubilaciones y la población envejecida. Siempre la cantinela de las prejubilaciones, de las que disfruta una clara minoría de los habitantes del Principado. El resto recibe las jubilaciones generales y cotiza como el resto de españoles. Los impuestos son otra historia. A los estatales se suman los autonómicos y hasta los locales en una permanente sangría al ciudadano medio, que ve cómo salen de su bolsillo muchos euros que van a parar a ese misterio que se llaman las arcas públicas. Los impuestos son la cuestión clave en las sociedades avanzadas, y en lo que se gastan y sus explicaciones al contribuyente son pasos que han de dar continuamente las administraciones. Ya no hay dudas: pagamos más impuestos que nadie.
