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Profesor de Geografía e Historia

Post-mentiras

Nada más falso y absurdo que engañar con el manido "cuanto peor, mejor"

El adoctrinamiento en las aulas es uno de los temas polémicos de moda en la España actual agitada por los separatismos periféricos. Su núcleo argumental -más que argumento, excusa- parte de la base según la cual como la verdad y la perfección absolutas no existen, y estamos cada cual en una perspectiva de la realidad, cualquier relato es válido si nos presta utilidad o simpatía inmediata, aunque sea falso o absurdo. Dicen que vivimos en una aldea global y en la época de la "post-verdad", en el mundo de las telecomunicaciones e internet, porque después se descubren las exageraciones o simplemente mentiras interesadas que se han difundido como primicias o sentencias, mayormente en las llamadas redes sociales electrónicas. En realidad es al revés, vivimos en una civilización cada vez más urbana y plural, ni rural ni uniforme, donde el reconocimiento de que nos han engañado no nos sitúa en la post-verdad, sino en cómo gestionar la post-mentira, incluso admitiendo que "los otros" pueden tener sus razones.

Esto del aprendizaje mediante el razonamiento, es decir el cuestionamiento y la comprobación, ya lo entendió y practicó Sócrates hace más de 2.000 años frente a los sofistas o relativistas. No vale con defender cualquier lógica con tal de enredar el asunto y triunfar en la miopía inicial. La falacia tiene las patas cortas y así escaso recorrido. Actualmente es una enfermedad que afecta tanto a materias más "subjetivas" como la Historia, para quienes buscan interpretaciones a conveniencia más que ecuanimidad, como a otras más "objetivas", caso de la economía, que se formula en torno al mercado, el equilibrio dinámico de la oferta y la demanda, como las matemáticas se formulan a través de las relaciones entre los números admitidos. La cuestión de fondo es de honradez intelectual y de deber moral. ¿Le sirve a un separatista, para justificar su anti-españolismo, decir que Pelayo era vasco o Cervantes era catalán? Si todo vale, nos vale traducir al francés las mangas del chaleco por "Les mangés del chalequé". Qué progres.

Y luego andan repartiendo etiquetas. Si les coreas su pensamiento único eres demócrata y científico. Si te atreves a defender verdades eres fascista y merecedor de boicot. Que el mundo sea plural no impide que pueda haber hechos constatables y ciertos. La historia de España es plural, empezando por sus condicionantes geográficos. Una compartimentación por cordilleras del relieve peninsular dificulta la comunicación y favorece las tendencias centrípetas; así las penillanuras del oeste entre Castilla y Portugal, y el Sistema Ibérico entre Castilla y Aragón. Pero la boda de Isabel y Fernando en 1474 es un hecho cierto, aunque en la época se hablara de Las Españas. Y los 18.000 millones de euros de superávit comercial anual de Cataluña con el resto de España es otro hecho cierto, aunque los de Pujol se inventen que España nos roba. ¿Debe el profesor adoctrinar a los alumnos o enseñarles a tener pensamiento crítico? ¿Cómo gestionaremos en la Europa plural del siglo XXI las post-mentiras nacionalistas?

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