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La factura no soluciona los recortes

Podrían mostrar el coste de la atención sanitaria y el coste de la corrupción

Hace algo mas de una semana, por cuestiones personales, acudí al servicio de urgencias de Cabueñes acompañando a una persona. Llegamos a las tres de la tarde, nos llamaron por primera vez a las siete y diez, algo mas de cuatro horas sólo para iniciar el proceso que terminó cerca de las doce de la noche. Durante todo este tiempo permanecí en la misma sala que mi acompañante, que necesitaba atención permanente, lo que me permitió vivir en primera fila la situación. La sala estaba sobresaturada, cada vez que llamaban a un paciente había que andar cambiando de sitio las sillas de ruedas para que pudiera pasar. Todos juntos, revueltos más bien, en una clara invitación al contagio.

Mientras tanto, el personal haciendo milagros para sacar aquello adelante, claramente desbordado, en clara situación de inferioridad frente a las circunstancias.

Ahora, a alguien se le ocurre, como una solución, pasar una factura virtual a cada paciente, para que sepa lo que las instituciones hacen por él. No es la primera vez, ya se intentó hace tiempo y sirvió para lo que va a servir ahora, al paciente para nada y al político de turno para marear un poco la perdiz, para distraer al personal, para hacer que hace y sobre todo para echarle la culpa al paciente.

A nuestros concejales, diputados, senadores, directores generales y otros colaboradores les damos mensualmente la factura de lo que nos cuestan en forma de nómina y todavía no he visto a ninguno que reconociera, que para lo que hace, está sobrevalorado, al contrario, esa factura-nómina actúa como aliciente para agarrarse al puesto y defenderlo como gato panza arriba, por lo menos, hasta llegar a la puerta giratoria.

No, no es la factura, son los recortes que nos han impuesto para recuperar los dineros que nos han robado. Tampoco fue la crisis la que provocó los recortes, la situación por la que pasamos, que nos llevó hasta el rescate no reconocido por este gobierno, fue producida por los miles de millones que se nos fueron en gurtel, formación, púnica, tres "per cent" y un largo etcétera que es de sobra conocido.

Son los recortes los que hacen que las plantillas de los hospitales hayan perdido efectivos pese a que el envejecimiento de la población recomendaría un aumento importante de profesionales, son los recortes los que lastran las plantillas de las fuerzas de seguridad, desde las policías locales hasta las fuerzas autonómicas y nacionales. Son los recortes los que contribuyen a que cada año, los incendios forestales sean más desastrosos. Son los recortes los que nos llevan a un deficiente mantenimiento de las carreteras que a su vez nos ha llevado a un considerable aumento de muertos y heridos en accidentes de tráfico que a su vez contribuyen al colapso de hospitales y fuerzas de seguridad.

Son los recortes los que han rebajado de forma considerable nuestra calidad de vida, los que amenazan nuestras pensiones, los que nos han retrotraído a tiempos que habíamos superado a base de esfuerzo y sacrificio, de nuestro esfuerzo y sacrificio, son los recortes los que están pagando la corrupción galopante que nos ha llevado a figurar en los ranking de la corrupción por detrás de países como Botswana, Bután, Barbados etc.

Si al final la ¿idea? sale adelante y nos presentan las facturas, les recomendaría, para que fueran más creíbles, que comenzaran por presentar, a todos los españoles, la factura de lo que nos ha costado la corrupción de nuestros políticos hasta ahora.

Y nada, a seguir votándolos, no vaya a ser que cambie la cosa y los que vengan nuevos nos roben ? si es que queda algo.

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