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Inmóviles ante el móvil

El riesgo que las familias asumen al no controlar el uso de celulares por menores

¿Qué decirles del móvil que no sepan ustedes? Sobre él está todo más que dicho y escrito, ¿no creen? Pero sin embargo uno no puede dejar de sorprenderse cuando lee noticias como la que publicaba recientemente LA NUEVA ESPAÑA, y donde se hacía alusión a un estudio según el cual, los niños de las Cuencas usarían el dichoso aparato una media de cuatro horas al día.

Ni qué decir que los niños de las Cuencas no poseen ningún rasgo especial que los diferencie del resto de menores en Asturias. Es más: me atrevería a afirmar sin temor alguno a equivocarme que el estudio en cuestión es perfectamente extrapolable a cualquier niño en el mundo occidental. Al menos en aquellos países donde los adultos seguimos inmóviles ante los móviles. Ante su mal uso, se entiende.

Y nuevamente, como en tantas y tantas cosas, la educación y sobre todo el ejemplo que los padres den al emplear sus móviles, juega un papel fundamental para que los niños no caigan en esa adicción, dañina y peligrosa, como puede ser la dependencia del móvil. Una tecnología que puede llevar a que los menores se alejen y aíslen de su entorno más cercano y seguro, pudiendo además al mismo tiempo caer atrapados en relaciones y ambientes de alto riesgo.

Es de sobra conocido que tras las distintas formas de acoso escolar, el móvil aparece en multitud de ocasiones como el instrumento utilizado por los agresores. Ahora también sabemos gracias a otra noticia publicada en la LA NUEVA ESPAÑA, que existe un aumento en el número de casos de violencia de género sobre adolescentes asturianas con novios mayores (en algunos casos con una enorme diferencia de edad), y en los que el móvil y las redes sociales son las principales "armas" con las que las víctimas serían sometidas.

No basta por tanto con rehuir una y otra vez el debate, apartando la vista del problema y menos aún para concentrarla en nuestro móvil, como si éste fuera a proporcionarnos también la solución. Es hora de que con independencia de que cada uno de nosotros seamos capaces de tomar las medidas adecuadas, se defina y aplique un marco legal que rija el uso responsable del móvil en el caso de menores. Porque ahora mismo para muchos padres en esta nuestra bendita región, paraíso natural, ésa es una de las mayor preocupaciones y no la famosa cooficialidad.

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