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Cuando nos pongamos a ello

Sobre una enmienda del preámbulo del texto constitucional que Tierno y Morodo defendieron sin éxito

Un doctor en medicina, sabio y muy dolorido en gota, historia y política, sostiene que en los peores momentos, incluso cuando ve acercarse hasta la cuadrilla de la pena de muerte y la perpetua revisable, a base de pastillas de "Voltarén" entiende la historia. Para cuando historia y política "hinchan" sus males viejos, mejor que acudir al registro de la propiedad o a la abogacía del Estado, acude al eficaz antiinflamatorio.

Voltarén, para que a los ciudadanos de la Castilla imperial les pase la hinchazón de Cataluña, y a los catalanes la de Castilla; también Voltarén para que Pepe Alvarez -que antes de ascender a Madrid en Barcelona era "Josep" o "Pep", aunque había nacido, como ahora que es "Pepe" o "José", en Belmonte de Miranda-, que tiene al SOMA por patrimonio de UGT, pase de sufrir sobre fundación y "titularidad" del SOMA. Quizá resultara positivo al sindicato minero liberar la edición del periódico histórico "Minero de la Hulla" que, al parecer, se encuentra retenido por "prólogos", para "rebuscar" en sus páginas titularidades y legitimidades.

"La falta de explicaciones produce confusiones", dijo el general Prim, "el Cánovas de la izquierda", en el banquete de Contrueces. En nuestra historia más reciente, ha vuelto a ocurrir el gran lío de la falta de explicaciones.

Los años franquistas, nacimiento, apogeo y final, han producido no pocas confusiones, y hasta una Constitución (1978) que, para el catedrático Juan Ramón Capella, fue el compromiso tácito de dos impotencias nacionales: la de los franquistas para prolongar la dictadura sin Franco, y la de la oposición "verdaderamente" democrática, para imponer, ausente Franco, una democracia avanzada, porque todo quedaba bien atado.

Murió Franco. Don Juan Carlos subió a Rey. La señora de Franco, a Señora de Meirás; a su hija Carmen, el RLa Constitutey la subió a Duquesa de Franco? Y a Adolfo Suárez, a Jefe de Gobierno. Y España se constituyó en Estado social y democrático de Derecho.

Y para abrir el libro constitucional, los profesores y diputados del Grupo Mixto de aquellas Cortes, Enrique Tierno y Raúl Morodo, propusieron una enmienda de "Preámbulo" (la n.º 452) al anteproyecto de Constitución. También propuso "enmienda" (la n.º 779), la UCD de Suárez, aunque muy breve, pero cargada de significado: "La Nación española, una e indivisible, (al viejo estilo), ha adoptado, mediante el referéndum de? (fecha que fuera) la siguiente Constitución", era su texto.

Ninguna explicación daba la Constitución del 78 de los 40 años franquistas. Le bastaba reafirmar la unidad e indivisibilidad (de los hombres y la tierras de España, que formaban unidad de destino en lo universal).

La "enmienda" firmada por los dos profesores del PSP, Tierno y Morodo, era en cambio una enmienda introductoria de un "preámbulo" explicativo, con connotaciones ideológicas rupturistas, bien definidas. Decía así: "El pueblo español, después de un largo período sin régimen constitucional, de negación de las libertades y de desconocimiento de los derechos de las nacionalidades regionales que configuran la unidad de España, proclama en uso de su soberanía, la voluntad de:

- Garantizar la convivencia democrática, dentro de la Constitución y de las leyes, conforme a un orden económico justo. (Que tanto se echa en falta).

- Consolidar un Estado de Derecho que asegure la independencia y relaciones entre los poderes del Estado. (Que tanto se echa en falta).

- Proteger a todos los ciudadanos y pueblos de España en el ejercicio de los derechos humanos, de sus culturas y tradiciones, lenguas e instituciones. (Que tanto se echa en falta).

- Establecer una sociedad democrática avanzada.

- Colaborar en el establecimiento de unas relaciones pacificas con todos los pueblos de la tierra.

Por consiguiente, los representantes del pueblo español, ateniéndose al principio de la reconciliación nacional, (que tanto se echa en falta), aprueban la siguiente Constitución".

Autores materiales de este hermoso texto, (bueno para cuarenta años en cuarenta líneas), fueron los profesores Raúl Morodo, Lucas Verdú, Enrique Linde y el doctor en medicina Donato Fuejo. Quien defendió la propuesta en la tribuna del Congreso fue el Profesor Tierno; Fraga, el político independiente, en su turno, prometió que en su momento propondría un "Preámbulo breve, sucinto, no conflictivo y en el cual se evite el entrar en una filosofía que no nos puede ser común y, por lo mismo dejando en paz a la Historia?, (Fraga quería, como casi lo consiguió, que la continuidad franquista, sin ruptura ni desvío, fuera la regla de oro de nuestro histórico-político dar vueltas a la noria, 111 años de constitucionalismo conservador).

Uno de los autores del texto de la "enmienda" que fue, sin votación, muy descafeinada, dice: "Lo que nos interesaba -y lo suprimieron- era entonces el punto de ruptura con la Dictadura, así como fijar el principio de la reconciliación en base a lo que llamábamos "sociedad democrática avanzada". (Explicación del pasado dictatorial, y esperanza del camino nuevo).

Hoy, cuando vemos la mísera realidad de nuestra política, las tremendas desavenencias, los odios furiosos, así como la suciedad de nuestras cloacas y el imperio del Ejecutivo sobre el resto de los poderes, así como la falta honorabilidad de nuestras conductas públicas?, no es para distraerse quemando fotos. Sí se hace urgente acordar entre las gentes de bien, para sacar a los bandidos de sus cuevas políticas, y poder soñar que con el tiempo de la dignidad democrática, y el "gobierno del pueblo para el pueblo", que representa la República.

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