La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El pasquín cirujano

El cartel sexista que retrata la sociedad machista de la que queremos huir

No hay nada como un pasquín de mal gusto para refrescar la sociedad que fuimos, alertarnos de la que todavía somos y recapitular la que queremos. Al sindicato Usipa se le ha ocurrido tirar de españolada para hacer parodia de la alcaldesa de Gijón, como representante máxima de la institución que, a causa de la prórroga presupuestaria, ha de esperar a una modificación de las cuentas locales para hacer efectivos ciertos pluses salariales a sus trabajadores.

Concretamente, se trata de los correspondientes a la carrera profesional, es decir, los que premian el buen desempeño. En este caso, para las empleadas y empleados municipales de antigüedad superior a 25 años. Teniendo en cuenta que la plantilla de nuestro ayuntamiento está envejecida, la masa crítica receptora del incentivo es grande y también los dineros. Está previsto que en junio se celebre el pleno que dé el visto bueno a esa ampliación presupuestaria pero Usipa ha querido hacer a la corporación un recordatorio en forma de pasquín.

Nada que objetar, para eso están los sindicatos, para dar la matraca. A veces el ruido tiene más que ver con la proximidad de elecciones sindicales que con el catálogo de urgencias, que son tantas que habría que estar en vigilia perpetua. Son esos pecadillos de la vida en democracia, que obliga a andar con la mente centrada en el voto.

A los sindicatos hay que reconocerles su esfuerzo en la igualdad efectiva pero, como al resto de la sociedad, aún les queda camino. Vienen de una lucha obrera desplegada en sectores masculinizados y masculinizada en sí misma como lucha, así que ventilar resabios machistas -muchos micros y algún macro- les está llevando tiempo. Hay quienes están sinceramente comprometidos, otros piensan que ya está hecho sólo por utilizar un lenguaje inclusivo y hay quien sigue instalado en las luchas respetabilísimas de la España preconstitucional.

De entonces es la película a la que alude el pasquín: "Señora doctor". Un producto de su época. La España atrofiada del tirano agónico y la caspa que mantenía sepultado el pensamiento y la cultura. Lina Morgan, José Sacristán, Luis Sánchez Polak, Genma Cuervo y hasta Nadiuska, dirigidos por Mariano Ozores; todos ganándose los garbanzos, entreteniendo al respetable y, de paso, haciendo un fresco tumbativo de la sociedad que fuimos hace un suspiro. Cuestiones estéticas y didácticas aparte, de vez en cuando conviene asomarse a esas ventanas en el tiempo para resituarnos, sí.

De "la doctor" de aquella cinta sale el pasquín de la reivindicación de hoy por la coincidencia de que nuestra alcaldesa es doctora. Como si esto todavía rechinara de alguna incierta manera, como si hubiera activado algún resorte inconsciente, conectado al tiempo del machismo zafio y rampante.

Ya está hecho. Y la reacción de rechazo a la ocurrencia ha sido en bloque y sin fisuras. Lógico. Usipa debería tomar nota de este siete que les ha abierto el pasquín cirujano. Es digna de elogio la defensa de los derechos de las personas que trabajan. Precisamente uno de esos derechos es el de ser y sentirnos respetadas como mujeres. Conviene no perder esta certeza -y sus mínimos detalles- de vista.

Compartir el artículo

stats