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La "Larola"

Un sábado en el Barrio Alto gijonés

El sábado subí al Barrio Alto, en grata compañía, y el día era de banderín de enganche, tras un otoño-invierno en el que el grifu de la EMA celestial pasose de rosca y manó inclemente a mayor gloria de aquéllos que clamaban por la seca (la pertinaz sequía que decía un golpista).

En la Sidrería El Diablicu tomamos líquido elemento astur de Trabanco, y cada culín pedíate más y más. Allí estaba, tras haber pelao patates para las emblemáticas tortillas de Casa Oscarín (uno de los entrañables rincones con sabor, sin duda alguna, de esti tómbolo gijonés que es Cimavilla, la "Larola". Tras darle dos besos a la señora, Julio, el propietariu, me dijo: "Me alegro que conozcas a esti personaje que, pa que lo entiendas, ye la madre de todos los de aquí".

Sirvan estas líneas a tamaño icono, como homenaje a todas las madres, pues al fin y al cabo, el día de la madre son los 365 del calendario.

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