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CNAL

Los mensajes del arte y el certamen de Luarca

Mil veces imploraré mil perdones por tener la osadía de mencionar aquí mi opinión sobre el arte, con el único bagaje de la propia ignorancia. Creo que el arte es la manifestación más antigua mediante la cual el ser humano expresa sus íntimos sentimientos. Son variados los caminos que usa el arte para manifestarse, todos ellos han de contar con su dosis de belleza, aunque la apreciación de ella dependa de cada cual.

Estos días se exhiben en Luarca las obras de su Certamen Nacional de Arte (CNAL), que alcanza su edición número cuarenta y seis. Su prestigio es indiscutible y reconocido tanto por un amplio elenco de críticos como por los centenares de participantes que a él han concurrido en todos estos años.

En ocasiones, a la salida de la sala Álvaro Delgado, se intercambian comentarios entre los visitantes sobre lo visto. Los hay osados en el comentario, o acaso entendidos en la materia, que califican lo expuesto como interesante y hablan hasta de obras sublimes, incluso se dice que la polémica habida este año fue fruto de la intención del artista. Los hay, y cada vez somos más, los que nos atrevemos a confesar que no experimentamos ni frío ni calor ante estas facetas del arte que parecen destinadas a una minoría selecta y esquivan al común de los mortales.

Por el contrario, sin tener necesidad de tener grandes conocimientos musicales, una abarrotada iglesia parroquial de Luarca vibró con la interpretación a la viola de Jesús Rodolfo. ¿Quién no se entusiasma contemplando el legado de El Greco o de Velázquez?

En su momento el "Grito de Munch" fue la obra por la que un ignorante adinerado pagó la mayor suma de dinero jamás vista. Pues confieso que al observarla se me asemeja a lo que se puede ver en cualquier clase de párvulos. Seguro que habrá una explicación que no alcanzo a entender, pero no comprendo que en la Bienal de Venecia la propuesta llegada de España consistiese en un montón de escombros. Enorme escándalo se armó en el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona con una imagen que se asemejaba al cesante rey en postura indecorosa. La obra se dijo que era una crítica al colonialismo. Me gustaría saber cuántos de los proclamados expertos acertaron su mensaje sin que antes así lo manifestase su autor. De nuevo, perdón.

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