En qué se mide la eficiencia para el Gobierno de nuestro maltrecho Paraíso Natural? ¿En número de centros escolares cerrados o en número de asesores? Cuando los parlamentarios de Podemos -en solitario- proponían un ahorro para la Junta General del Principado de dos millones de euros, se convirtieron en el enemigo a batir, representantes de un inconsistente "populismo" que aspiraba a acabar con los valores de nuestra sólida democracia ¿Menos presupuesto para los grupos políticos?, ¿rebajas en dietas y salarios? ¡Quia! Eso restaría dignidad al trabajo de sus señorías. Pero para nuestro nuevo consejero de Educación no tiene nada de indigno cerrar una escuela rural una vez comenzado el curso, mandar a la calle a sus trabajadores o negar toda posibilidad de facilitar los estudios de Bachillerato a los jóvenes de un concejo occidental asturiano. Discrepo de Ignatius J. Reilly, el antihéroe de la descacharrante novela "La conjura de los necios". Hay demasiada "teología y geometría"... de partido, y esto cierra violenta y dolorosamente mi "válvula pilórica".