Más difícil de creer que la peripecia de una familia cursi tras el tsunami tailandés en una de las películas más empalagosas que se hayan visto en los últimos años -y mira que hay competencia- resulta la justificación dada por el gobierno al nuevo impuesto sobre el autoconsumo energético o "impuesto al sol". El ministro al que más barato le ha salido disfrutar del sol caribeño en Punta Cana no ha aceptado casi ninguna de las alegaciones -muchísimas- que presentaron al borrador de junio grupos de ecologistas y consumidores, partidos políticos, sindicatos, empresarios... Y se ha aprobado con alevosía (un sábado de puente festivo) y a sólo dos meses de unas elecciones que amenazan con desalojar al PP del poder. Resulta paradójico que los adalides de la economía ultraliberal y el libre mercado penalicen al emprendedor que les haga perder unas migajas del pastel a las grandes eléctricas, que tienen en estos gobernantes a sus más fieles defensores. José Manuel Soria, un admirador, un esclavo, un amigo, un siervo.