La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Menudas estrellas...

No me fío un pelo de una paisano o paisana que no sepa freír un huevo. Por eso, que Mariano Rajoy le haya confesado al sempiterno macho ibérico en mocasín Bertín Osborne que no tiene ni idea de encender la vitro cerámica me da, cuando menos, miedito. Anda la cosa en campaña y Mariano prefiere meterse en la casa de Osborne que participar en un debate de propuestas, de política, que es por lo que supuestamente estaba aquí Mariano. ¿O no? A mí Bertín me da una pereza soberana, lo reconozco, y pensé que volvía a la televisión con algo del rollo Menudas Estrellas, aquel programa de niños inocentes aspirantes a cantantes y en donde vimos por primera vez actuar a Tamara, la buena no, la mala, cuando interpretaba una canción de Pocahontas. Aún la recuerdo. Bertín Osborne viene a mi mente como una daga y me crea siempre, cuando menos, un trauma. Nunca pude ver Pocahontas, y supongo que con Mariano va a pasarme lo mismo. ¿Y a ustedes?

Compartir el artículo

stats