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Enrique Fierres, Asturias en Puerto Rico

El importante papel emprendedor y altruista de un emigrado allandés en la isla del Caribe

Un día salió de Pola de Allande en dirección a Puerto Rico. Eran los años sesenta y desde entonces, sin haber dejado un solo día de pensar en su tierra, vive en San Juan, disfrutando de su trabajo y de las aguas del Caribe que se unen, a través del Atlántico, con el Cantábrico. Al igual que, habiendo nacido en una Pola, Lena, con unos meses el destino lo llevó a otra Pola, la de Allande, y allí creció, corriendo por sus calles para alternarlas, mas tarde, con el internado en los dominicos y las calles de Oviedo.

Hace unos meses me llegó la noticia que apareció en varios medios de América: Enrique Fierres González había recibido, de manos del embajador español en Estados Unidos, D. Ramón Gil-Casares, y del director general de Migraciones, D. Aurelio Miras Portugal; en presencia del secretario saliente de Puerto Rico, David Barnier, y del arzobispo de San Juan, Roberto González Nieves, la medalla de honor de oro de la emigración. Le fue entregada en la Casa de España situada en el viejo San Juan de Puerto Rico, a donde llegó este allandés en el año 61. Desde entonces reside allí, pero manteniendo el acento asturiano. Nombrado hijo adoptivo de Allande, al igual que había sido nombrado predilecto de Pola de Lena, también hace un par de años le fue entregado el nombramiento de embajador de la "marca España", en compañía de otros empresarios emigrados a México y Chile, como Antonio Suárez o Juan Cueto. Enrique Fierres ha sido, desde siempre, un gran portavoz de la asturianía, ayudando a los emigrantes a solucionar sus problemas.

Puerto Rico ha sido desde hace muchos años destino de la emigración de nuestros compatriotas y sobre todo de nuestros paisanos. Esta emigración era compartida, principalmente, con La Argentina, México, República Dominicana y Cuba. A la llegada de Fidel Castro a Cuba, muchos asturianos y gallegos salieron de la isla para instalarse en alguna otra caribeña, próxima y de parecidas características, por ello eligieron Puerto Rico y la República Dominicana. Con el desvío del turismo americano hacia estas dos islas, fundamentalmente a Puerto Rico, la economía creció de forma considerable y aquí se juntaron las emigraciones de finales del XIX con las de los primeros años del XX, con los intelectuales españoles refugiados de la Guerra Civil y con los que posteriormente fueron llegando de manos de los familiares establecidos en Borinquen o en Dominicana.

La emigración hacia América desde Asturias se hacía fundamentalmente a los países de lengua española y al ser reclamados los familiares por los allá establecidos, se contaba con lugares de preferencia. Las zonas del Occidente iban preferentemente, hacia La Argentina, Puerto Rico, R. Dominicana y Cuba. Posteriormente elegirían nuevos destinos como Venezuela, Panamá. Colombia y otros que demandaban mano de obra a medida que se desarrollaban. Los de la zona oriental, casi tenían, como exclusividad, el destino a México. En estos lugares, nuestros emigrantes fueron acaparando cadenas de comercios y fundaron panaderías, bodegas y colmados, zapaterías, tiendas de ropa y confección, ferreterías y a la vez crearon clubes deportivos y centros culturales, como el Centro Asturiano, el Centro Gallego, la Casa de España, etc., pero sobre todo crearon en sus pueblos escuelas, bibliotecas y liceos. Allá se preocuparon de hacer hospitales para dar asistencia a las familias emigradas y a los nativos, y así surgieron lugares como la Quinta Asturias o el Auxilio Mutuo, hospital español de referencia en Puerto Rico, dirigido y mantenido por personal español. Tras la toma de Puerto Rico en la guerra con España, los Estados Unidos respetaron su organización española y lo tomaron como ejemplo para su sanidad. Actualmente, Enrique Fierres es el presidente de la Sociedad Española del Auxilio Mutuo y colaboraron y colaboran con él varios allandeses, muchos de ellos ya desaparecidos. Pero también cuenta, cuando lo necesita, con la ayuda de su compañero de internado Ángel Blanco, con las raíces en Infiesto y nacido en Puerto Rico, quien llegó a ocupar en su momento la vicealcaldía de San Juan.

Este allandés de adopción, que ha compaginado sus negocios con las labores altruistas, ocupó diferentes cargos de responsabilidad en organizaciones de ámbito social. Miembro de la Fundación Carbajal, a través de la cual Allande ha recibido diversas ayudas, recibió la Encomienda de la Orden al Mérito Civil en 2010 y siempre ha lamentado que no se haya podido aprovechar debidamente el sueño del emigrante hacía la tierra de sus raíces, pero sus labores desinteresadas han sido reconocidas últimamente por sus vecinos y por nuestras embajadas, puesto que de alguna forma podemos considerar a Enrique Fierres como un extraordinario embajador fuera del cuerpo diplomático. Un embajador de España, de Asturias y sobre todo de Allande, sin contar su pasión por el Oviedín del alma, que no le ha impedido apreciar al Sporting en competencia con su amigo Gregorio Olaya.

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