Desde tiempos muy lejanos, desde los orígenes de los oficios, debió haber herreros y curtidores en los valles de montaña que se inclinan sobre la vega del Eo. Abundan allí las vetas de minerales, y hay bosques de robles que suministraron el carbón para las fraguas. Más adelante, cuando vino la invención de los batanes, se movieron los viejos martillos y se forjó el hierro con la ayuda de las corrientes de la naturaleza. Los dos ríos de caudal moderado que atraviesan la comarca -el Suarón y el Monjardín- sirvieron así como potencia o agente para mover muchas piedras de molino, martinetes, ferrerías, fábricas de papel, de curtidos? posibilitando el desarrollo y el aumento poblacional de un lugar habitado desde antiguo.
¿Cómo es posible entonces que afirmemos que Vegadeo cumple ahora cien años, cuando contamos con múltiples evidencias documentales, arqueológicas o toponímicas que acreditan una presencia humana milenaria en las vegas del Eo? Lo afirmamos, y sostenemos que el titular que encabeza estas líneas es cierto, porque no nos estamos refiriendo a la existencia en sí de la población, sino a su denominación: tal día como hoy de hace cien años el Boletín Oficial de la Provincia de Oviedo daba carta de naturaleza al cambio nominal del municipio. Desaparecía el topónimo "Vega de Ribadeo", documentado desde el siglo XV, para dar paso al nombre "Vegadeo".
Se culminaba así el proceso administrativo que dos años antes había emprendido el ayuntamiento veigueño ante la irrefrenable tendencia popular y con el fin de evitar confusiones. De un lado, se daba la circunstancia de que el municipio tenía una doble y diferente designación, pues en la esfera administrativa se denominaba Vega de Ribadeo y en lo eclesiástico Vegadeo (el Obispado denominaba "Vegadeo" al arciprestazgo constituido en este lugar); y además, el nombre Vega de Ribadeo parecía establecer una relación de dependencia con la localidad de Ribadeo, perteneciente a provincia distinta y subordinada a otra jurisdicción episcopal y administrativa.
Ciertamente, los errores eran habituales y no era infrecuente que paquetes y envíos comerciales acabasen en Ribadeo en lugar de en la Vega. Y hubo deslices importantes, como el cometido por el propio Boletín Oficial de la Provincia de Lugo, que en alguna ocasión situó a Vegadeo entre los pueblos de su provincia, causando malestar e hilaridad en varios periódicos gallegos: "En una requisitoria del juzgado militar de Leganés se cita y emplaza a un individuo de Piantón procesado por falta de concentración a filas. La citación se publica en el Boletín Oficial de la provincia de Lugo, y en ella se dice que Piantón, Ayuntamiento de Vega de Ribadeo, es de dicha provincia. Nosotros teníamos entendido que Vega de Ribadeo era de la provincia de Oviedo y no se sabemos que se haya disgregado de ella hasta ahora. Es muy raro que en el juzgado militar de Leganés se haya incurrido en este lapsus geográfico, pero lo es mucho más que haya pasado inadvertido en los diferentes centros oficiales que la comunicación de aquel juzgado ha recorrido hasta llegar a la imprenta del Boletín Oficial. Descuidos de la vida" ("El Progreso", Lugo, 15 de abril de 1916, pág. 1).
Por tanto, para los vecinos del concejo era importante dejar claro que Vega de Ribadeo no tenía vinculación alguna con Galicia, tal y como parecía sugerir el nombre. ¿Cuál era entonces el origen de este topónimo, hoy desaparecido? La explicación la encontramos repasando la historia del occidente asturiano.
Durante todo el tiempo que permaneció bajo el señorío de los obispos de la Iglesia de Oviedo, el territorio de la Asturias más occidental recibió el nombre genérico de Tierra de Ribadeo o Concejo de Ribadeo, por estar su capital (Castropol) a orillas del Eo. Al otro lado de la ría estaba el llamado Condado de Ribadeo, conformado en torno a la villa del mismo nombre y que se mantenía al margen de la jurisdicción del obispo ovetense. Es en este contexto medieval cuando surge el nombre "Vega de Ribadeo" para designar a una tierra llana y fértil que iba desarrollándose en las proximidades de la importante población de Piantón y que estaba encuadrada en la asturiana Tierra de Ribadeo. Nada tiene que ver, por tanto, aquel topónimo desaparecido hace cien años con una dependencia jurídica o administrativa de Vegadeo a territorio gallego.
