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La ventana

Aún estamos a tiempo

La necesidad de invertir en prevención para evitar incendios

Toda la afición se lamenta, y sobre todo el delantero centro del club local. El balón se le presentó ante sus pies, apenas a un metro de la portería, e incomprensiblemente lo echó fuera. El joven futbolista revive una y otra vez la escena vivida, no hay consuelo para él. Sólo un instante, sólo un momento de duda, cambió lo que pudo ser una dicha enorme por una decepción irreparable. Habrá otros partidos, pero el jugado el domingo ya no tiene remedio.

En ocasiones llegas sin aliento a la parada. Has corrido como un galgo. Todos los instantes anteriores a la llegada del autobús los has vivido a ritmo frenético. Hasta ahora habías jugado con suerte, pero hoy el esfuerzo fue en vano. El autobús reinició su marcha y te has quedado en tierra. Las lamentaciones son infructuosas y no hay manera de corregir los daños derivados de haber llegado tarde a la parada.

El pasado diciembre unas voraces llamas asolaron una amplia extensión de masa forestal de Asturias, siendo especialmente grave en el municipio de El Franco. Las muestras de solidaridad con los afectados surgieron de forma espontánea y desde distinta procedencia. Las administraciones respondieron, en esta ocasión, con prontitud y, como siempre, con racanería. Algunos daños materiales se pueden restituir con dinero, pero a la vegetación asfixiada por el fuego no hay quien les vuelva la vida.

Todos somos sabedores de que el medio rural se despuebla a velocidad alarmante y que una de sus consecuencias es el abandono de los montes, lo que les hace más vulnerables al fuego. La ceguera y los oídos sordos es la postura más general ante tan grave trance. Se invierte para dotarnos de medios abundantes y modernos en la extinción de incendios, aunque está más que demostrado que ante la crueldad de un fuego desatado, por muchos esfuerzos que empleemos, la lucha es muy desigual.

Hay que invertir en prevención. Recurrir a expertos, que los hay, para que elaboren un plan forestal que signifique el aprovechamiento del bosque desde todos los aspectos que son potencialmente mejorables. Y que derivarán, sin ninguna duda, en ingresos extra para la sufrida población rural, se generarían empleos nuevos, se evitaría el masivo éxodo de jóvenes y se vería el futuro con otra perspectiva.

Otra oportunidad perdida y acaso no haya más.

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