Ramón era alcalde de Villayón desde el año 1980 y podría haberlo sido muchos años más si una repentina dolencia no hubiese acabado con su vida.
Se desvivía por su concejo y sus vecinos lo sabían y se lo reconocían elección tras elección. En estos tiempos convulsos y difíciles, Ramón representaba lo mejor de la política: buena gente y buen alcalde.
Qué fácil y qué difícil a la vez, pero Ramón lo consiguió. Es un orgullo para todos nosotros y una referencia de buen hacer, concordia y eficacia .
Su último empeño fue un Consultorio para su concejo y no fue fácil conseguirlo. Pero también esto, con tenacidad y mucho tesón, lo logró. Siempre será el Consultorio de Ramón Rodríguez. No estará el día que abra sus puertas a los vecinos, pero se abrirán gracias a él.
Estos días fueron muy duros para su familia y sus amigos y los que vienen serán más difíciles de llevar sin su presencia, su ánimo y su eterna sonrisa, de buena gente, porque ese era su gran patrimonio. Toda una vida dedicada a su familia, a la que adoraba; al trabajo y a su concejo.
A su familia y a sus vecinos, sus compañeros del Partido Popular de Asturias les queremos testimoniar nuestra admiración por Ramón y también nuestro dolor por su ausencia. Descanse en paz
