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Meditaciones | desde Paraxes

Celsa Díaz

R. I. P.

Contemplar en directo la agonía del 80% de nuestro maltrecho Paraíso Natural ha hecho saltar (por fin) las alarmas. Se suceden discusiones, ponencias y trabajos con propuestas más o menos rocambolescas y chiripitifláuticas. Ofrecer servicios básicos de calidad para que cualquier ciudadano bienintencionado que aterrice por estos lares no ponga pies en polvorosa en cuanto se dé cuenta de que debería haber aprendido a comunicarse por tam tam o por señales de humo, que escolarizar a sus hijos puede convertirse en una odisea espacial o que para ir a tomar una caña deberá recorrer 15 kilómetros y cambiar las ruedas del coche dieciocho veces al año es imprescindible. Pero leo que según el economista Esteban Fernández que estas "son decisiones difíciles, porque no se ve el resultado hasta pasados cinco o diez años." Sabe que nuestros abnegados políticos rechazarán cualquier proyecto que vaya más allá de las siguientes elecciones y que prefieren ver morir el territorio a arriesgar la poltrona. Vayamos preparando el ataúd.

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