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Meditaciones | desde Paraxes

Celsa Díaz

No mate usté a la milana, señorito

Arcelor Mittal no se anda con chiquitas. La multinacional del acero quiere que las cosas se hagan a su manera o se va con su música metálica a otra parte. Eso, en mi pueblo, se llama chantaje. Como en asuntos laborales no estamos para juergas Gobierno, sindicatos y partidos políticos tragan saliva y adornan con las habituales flores de la confianza y la responsabilidad empresarial esta amenaza tan poco sutil. Sufriendo como lo hacen unos más que alarmantes índices de contaminación, los vecinos de la zona oeste de Gijón -que tampoco están para muchas juergas- lo que temen tragar es más mierda, y reivindican mejoras en la construcción de las futuras baterías de cok que minimicen su impacto ambiental. Estas demandas son tachadas de alarmistas y sin fundamento por nuestras representativas instituciones, que prefieren que los afectados y quienes los apoyan, cierren el pico. Es mejor no hacer enfadar al señorito, que ya sabemos cómo acabó el pajarraco del viejo Azarías.

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