El divorcio de Angelina Jolie y Brad Pitt es en política como la separación masticada entre Pablo Iglesias y Errejón. Hay que reconocer que aunque el mundo de Hollywood nos queda muy lejos nos evade de la realidad, y esta semana todas las mujeres fuimos un poco Jennifer Aniston, la ex de Pitt que en su día fue engañada por éste y que ahora sonríe de felicidad porque su matrimonio con Jolie le ha salido rana. Lo de "Pablejón" ya veremos cómo acaba, pero la cosa apunta a un divorcio en toda regla. Menos mal que podemos consolarnos de vez en cuando, y ese abrazo de Chenoa y Bisbal, once años después de su ruptura, nos presta por la vida, porque también fuimos todas Chenoa; primero cuando cantaban "Escondidos", y después, cuando salió llorando como una plañidera con aquellas ojeras hundidas y metida en una sudadera gris de mercadillo. Vivan la ex que se recomponen.
