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El Orrio, todas a una

La medalla de Asturias a la cooperativa de mujeres de Tapia

No podía este colectivo de mujeres tapiegas haber elegido un nombre más apropiado. Es decir, el mismo que nos evoca el gran peñasco de roca a las afueras del muelle de Tapia. El mismo que, con forma de hórreo, efectivamente, permanece erguido incluso en la tempestad, fuerte y entregado sin desmayo a la vista de los marineros tapiegos, por los siglos de los siglos. Nuestra catedral del mar. La cooperativa de mujeres "El Orrio", de Tapia de Casariego, se atreve, valiente, a romper los moldes de la crisis y la desesperanza, de la quietud, los brazos cruzados y la espera del milagro que no llega. Es decir, se atreve con una apuesta de presente y de futuro, que sólo se alcanza con el arrojo y la entrega de un colectivo dispuesto sin desmayo a trabajar por las necesidades de los tiempos.

Y lo hace, además, "El Orrio", en una tierra de orografía retorcida, de aldeas perdidas y "esqueicida" también por los siglos, a la que la administración es incapaz de darle lo que se merece. Mientras, no obstante, este coro de batas blancas son el soporte y la esperanza de un montón de personas en el final de la carrera de su vida. Es decir, en el preciso momento en que más necesitan, no ya sólo de la asistencia higiénico-sanitaria propia del final del largo trayecto al que me refiero, sino, y a veces esto es lo más importante, del apoyo que les ofrece la roca insumergible de la visita de cada mañana, del "buenos días", del "cómo che vai, nía". Es decir, del acompañamiento a unas almas, muchas veces agotadas por tan largo y duro recorrido, después de haberlo dado todo, y que cambian sonrisas por palabras.

La medalla de Asturias al colectivo de mujeres tapiegas "El Orrio" no es el único reconocimiento de su cuarto de siglo de concierto y compromiso. Estoy seguro que cada mañana reciben casi setenta regalos de ojos abiertos de par en par, de sonrisas, de miradas de agradecimiento infinito, de apretones de manos y de besos.

Nadie debería nunca jamás recordar la mentira del "sexo débil", habría que referirse siempre a la mujer, a las mujeres de "El Orrio", como roca noble y fuerte, henchida de amor por los demás, comprometida, valiente y erguida siempre frente a la soledad.

Para todas estas tapiegas, las que construyen cada día una Tapia más humana, nuestro más gigante reconocimiento de gratitud.

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