Oigo -con más cachondeo que sorpresa- a un conspicuo representante mediático de la derecha más rancia alabar sin disimulo la figura de Javier Fernández. Nada que añadir. Podemos darle vueltas a lo ocurrido estos días en la sede del PSOE -que tan entretenidos nos tuvo- pero lo que hay es lo más obvio. Confieso que en principio no creí que tanta torpeza proviniera de gentes acostumbradas a puñaladas disimuladas con abrazos y conspiraciones de salón a la chita callando. Imaginé una estrategia más rocambolesca con final feliz, con una militancia entregada a la capacidad de consenso y una ciudadanía tragándose la vuelta a posiciones más izquierdistas. ¡Ja! Uno de los barones territoriales (¿se dice así?) habló de un Big Bang en el partido, o sea, una explosión expansiva. A no ser que seamos tan olvidadizos, preveo más bien un Big Crunch, un colapso por contracción que el PSOE tendrá bien merecido.
