La última inspiración angelical de Jorge Fernández Díaz -que parece aspirar a la beatificación tras su paso por el Ministerio de Interior- es la de hacer de la policía patria un cuerpo de ejemplares hombres de fe. Se firma un contrato para que la muy privada Universidad Católica de Ávila, inspirada en los "valores del Evangelio", se encargue de su formación en detrimento de la Universidad pública de Salamanca, que tenía hasta ahora tal cometido. Y de paso, dar sin disimulo jugoso negocio a unos cuantos amiguetes: Ángel Acebes, José María Michavila, Mauricio Casals... Así que la patética escenificación del PSOE y la bufonada de la abstención de sólo once diputados -digna del premio Ig Nobel- con la vana esperanza de salvar una dignidad que no recuperarán ni con lejía pura no sólo está alentando la corrupción más casposa y sinvergüenza, también a una pandilla de hipócritas santurrones que nos quieren devolver a los tiempos de una, grande y nacionalcatólica. Degradación política nivel 5.
