Equivocarse y rectificar después es de sabios, o eso al menos dice el refrán, pero yo creo que es algo que a nadie le gusta, y si no que se lo digan a "La, La Land", la segundona de los "Oscar". A mí las equivocaciones solo me gustan cuando se resuelven para bien. Ese momento en que la báscula marca de más y luego ladea y de repente da marcha atrás, ese error. O cuando abres los ojos y ves que el despertador tiene una hora de más y todavía puedes quedarte a dormir un buen rato. O cuando piensas que tenías el ticket del Carrefour en el bolsillo y resulta que en realidad era un billete de veinte euros. Me gustan esos errores que te alegran la vida y te hacen decir "oh, la, la"..., venga, vámonoss al cine, que hoy es sábado. Pero solo quiero errores para bien. A mí solo me gustan de esos.
