La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Meditaciones desde Paraxes

Celsa Díaz

Sin complejos

Así, con la cabeza bien alta, aterrizó una nutrida delegación española, encabezada por Felipe VI, en Kazajistán. Su objetivo: demostrar, para pasmo del mundo en general y de los españolitos en particular, que somos la primera potencia mundial en energías renovables. El estupor mundial provoca la carcajada, el nacional el cabreo mayúsculo. El famoso "impuesto al sol" que arruinó a 62.000 familias y que grava a quienes apostaron por la energía fotovoltaica en el consumo individual, la luz verde dada a las nucleares para que sigan en funcionamiento más allá de los cuarenta años o la controvertida regulación por real decreto de 2014 a las renovables muestran bien a las claras en qué somos líderes: en evitar por todos los medios la democratización energética, y por ende, en que aquí estamos al servicio de las eléctricas. Un lucido formato en el que ocultar, con decisión y contundencia, nuestras miserias.

Compartir el artículo

stats