Allí donde Asturias se prolonga para estrechar la mano a los gallegos, al fondo de la ría, ocultándose como el sol cuando cae el día, nos encontramos el concejo de Vegadeo, abrazado por los ríos Suarón y Eo.

Malos presagios se aventuraban para el futuro de los veigueños cuando hace 30 años la impresionante obra de ingeniería unió por carretera las capillas de San Román y San Miguel. El puente de Los Santos evitaba el obligatorio paso por Vegadeo para cruzar a Galicia.

Nadie se podía imaginar que una feria montada hace más de 50 años iba a sobrevivir hasta hoy, y mucho menos que el éxito y la repercusión de la misma iría en aumento año tras año. A Veiga se convierte cada primavera con la Silvallana en cita y referente para Asturias y para Galicia. Ello fue posible porque existe un pueblo que de forma mancomunada rema en la misma dirección.

Este año la Feria exhibió como lema "vivir lo rural", lo cual, resulta muy oportuno su toma en consideración aunque todos tengamos asumido que el medio rural tal como lo concebimos y lo conocimos pronto dejará de existir. Los pueblos, aldeas y brañas de la comarca soportan una crisis que es la suma de distintas crisis. Crisis social, crisis familiar, crisis económica, crisis cultural.

Salir de este marasmo supondría un esfuerzo colectivo que se antoja imposible. Hay sí, gente joven que apuesta con decisión por revitalizar el campo desde perspectivas distintas e innovadoras, pero no basta. La destrucción del medio rural viene de lejos y es imparable.

Mientras se celebraba la feria, se ha sabido que el próximo año se cerrará la escuela de Concernoso en Valdés y también la de Barres. Concernoso se suma así a las decenas de escuelas que se vienen cerrando por todos los pueblos de la zona, señal de la eminente desaparición de los propios pueblos. El caso de Barres es distinto, pero no menos grave, es la demostración de cómo la Consejería administra desde la distancia y gestiona con parámetros deshumanizados.

Defender lo rural y sus habitantes es defender otro modelo de escuela, es igualdad de oportunidades para cursar el bachillerato y tener acceso a la universidad. Defender lo rural es apostar por una juventud que se nos está yendo.