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Meditaciones desde Paraxes

Celsa Díaz

Frentes abiertos

Hay muchos asuntos de que ocuparse, mayores y menores, políticos, sociales, económicos, culturales... Elegimos nuestra lucha, qué nos importa, qué contribuirá a lograr ese mundo mejor en el que, por supuesto, estaremos incluidos. Pero hay miles de personas cuyas energías, por obra sin gracia de una situación sobrevenida, tienen que centrarse exclusivamente en la supervivencia diaria. ¿No es acaso esto una enorme pérdida? Así que el pasado viernes, muchas ciudades -entre ellas, Oviedo y Gijón- se unieron para decir todo lo alto que se pudo que ya está bien. Que gente con una vida como la suya o la mía, tan valiosa como la de cualquier ministro, presidente o director general, se está desmoronando. Que menos oropel funerario europeo y más justicia con los vivos. España se comprometió a acoger a 17.000 refugiados y ha reubicado la esquelética cifra de 1.190 a falta de tres meses para expirar el plazo dado.

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