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La ventana

Mujeres del PP

Durante el curso político que está a punto de iniciarse el PP tiene pendiente en el Occidente la renovación de una parte importante de sus cabezas visibles en los diferentes municipio. Los populares arrastran desde su fundación algunas connotaciones de las que le cuesta desprenderse, como que la conquista de puestos por parte de las mujeres resulta más difícil que en otras formaciones. Para cambiar esa imagen y al tiempo atraer el voto femenino existe la seria intención de catapultar al primer puesto de los próximos carteles electorales al mayor número de mujeres posible. Las cartas están sobre la mesa, la apuesta decidida aunque habrá muchos escollos que sortear.

Ahora mismo en Asturias nadie duda del liderazgo de Mercedes Fernández pese a que su acceso al cargo fue, en su momento, pura designación. Dentro del equipo de Cherines destaca la presencia de dos mujeres que desde el Occidente ejercen su influencia en el la dirección regional ostentando un par de vicesecretarías. Son Begoña Calleja, de Vegadeo, y Rosana González, de Coaña. Es seguro que ambas han de jugar un papel decisivo cuando se conformen las juntas locales y llegado el momento cuando se elaboren las listas electorales. Su misión se antoja complicada porque en muchos municipios habrá que entrar sin miramientos si quieren revertir la situación actual.

Tienen un Navia el partido en trizas y recomponer las piezas será ardua misión. En Valdés, Adaucto ya anunció su retirada y las disputas de antaño pueden resurgir. Otros, como los alcaldes de Tapia o de Coaña están pidiendo a gritos su relevo. Hay tiempo suficiente para llevar a cabo la pertinente operación, otra cosa es saber si las cirujanas encargadas de ello son las idóneas. Rosana es ahora mismo la mano de derecha de Salvador Méndez en Coaña. Lo malo es que de momento tiene que seguir arrastrando el sambenito del trama del agua, lo que algún momento le puede salpicar. El currículo de Begoña tiene en su haber el conquistar la alcaldía de Vegadeo destronando nada más y nada menos que a Servanda, pero ha de compartir ese mérito con el tremendo tropezón sufrido al perder las elecciones en las que participó, ya siendo alcaldesa, lo cual es difícil y solo ocurre en casos muy excepcionales.

Mujeres idóneas o no hay más cera que la que arde.

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