Anda estos días la borrasca "Ana" dándonos por el saco y no respetándonos el puente de la Constitución, y digo yo que ahora que anda el debate abierto de si reformarla o si no viene el tiempo y zasca, se la lleva de un plumazo. Lo peor de todo es que nos echa para atrás a los turistas que siguen empecinados, algunos, en dejar de venir a visitar el Occidente y Asturias porque llueve. Y ¿qué piensan, que el verde se mantiene solo? Pues no. La cosa es que lo más bonito de Asturias es sin duda el paisaje y el paisanaje, y eso no pierde ni un ápice de su esencia por cuatro gotas que caigan. Lo digo yo y lo dice cualquiera que haya venido a visitarnos alguna vez. Es más, cada vez estoy más convencida de que la verdadera visita a Asturias hay hacerla a remojo, como les fabes. A veces, hay que mojarse.
