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Dorothy Gillett, socia de honor del coro "La Fuentina"

La directora pasa la batuta a María Menéndez al frente de la agrupación riosellana

Dorothy Gillett, tras casi ocho años de dedicación al coro "La Fuentina", se ve obligada a dejar la dirección por razones familiares, aunque va seguir ligada a esta agrupación polifónica y de forma no solamente sentimental, pues va seguir componiendo y colaborando apasionadamente, tal como es ella. ¿Creían ustedes que todos los ingleses eran fríos, flemáticos y un poco raros? Pues no señores, Dorothy nos ha demostrado con creces durante estos años que su exquisita educación británica no está reñida con la afectividad hacia las personas, la pasión por la música y el cariño por el pueblo que la acogió hace más de tres lustros. Bien pudiera decirse que es una riosellana más, una de las personas de las que el concejo debería sentirse orgulloso de tener en su padrón municipal.

Dorothy deja el cargo de directora del coro el próximo viernes, aunque seguirá un mes más para no descuidar los compromisos pendientes y para ayudar la nueva directora, María Menéndez, a ir tomando las riendas del coro. Para los coralistas no es un cambio cualquiera, pues Dorothy era mucho más que una directora, ya que fue, junto con Carlos Pardo y un grupo de aficionados -entre los que me cuento- la auténtica constructora de esta agrupación coral. Y no solamente jugó ese papel fundacional, sino que fue una pieza clave dentro de las juntas directivas, a las que ha portado su experiencia, su personalidad y sus grandes dotes para el trato social, pues no en vano su profesión en Inglaterra era precisamente la de gestionar recursos humanos. Y de ello se ha beneficiado enormemente el coro durante estos años, en los que las sucesivas juntas directivas han podido trabajar con eficacia y criterio. La última muestra de ello ha sido la selección de la nueva directora, cuyo proceso ha estado organizado y dirigido por la propia Dorothy, un ejemplo de cómo hay que hacer una transición en un asunto tan delicado para un coro como cambiar de director.

A mí siempre me ha impresionado la capacidad de trabajo de esta mujer y su determinación para vencer obstáculos, no sólo idiomáticos sino también sociales y hasta de costumbres, y siempre con el factor condicionante de estar en un país extranjero para ella. Y para su marido, el escocés John Allan, excelente músico y gran colaborador del coro en varias facetas, aunque sin ostentar un papel protagonista. También me ha impresionado la valentía artística de Dorothy, pues deben ustedes saber que ella se lanzó a organizar el coro sin tener experiencia previa en ello, aunque desde luego sí que tenía detrás una larga carrera semiprofesional como soprano en diversas especialidades líricas, además de una sólida formación en canto, sin duda su punto más fuerte. Y la gran sorpresa de estos años (no sólo para mí, sino seguramente también para ella misma), ha sido su revelación como compositora. He tenido la satisfacción de poder aportarle un par de textos para que ella les pusiera música, y se ha puesto a ello con unos resultados magníficos. Una de estas canciones, la habanera "Adiós villa del alma", ya la estrenó el coro hace unos años, aunque la otra, un himno a Ribadesella, la vamos a estrenar el próximo viernes 5 de junio, en el Día del Socio. De momento es una simple canción dedicada a Ribadesella, aunque si el pueblo y sus autoridades lo ven adecuado, podría convertirse en una especie de himno institucional del concejo. Si no es así, tanto los autores como el coro se darán por satisfechos por haber creado una canción para Ribadesella y para los riosellanos.

No se queda aquí la labor creativa de Dorothy, pues también ha compuesto una misa polifónica, a la que ha puesto el nombre de "Missa Lumen de Lumine", "Luz de Luz", un título de resonancias espirituales, poéticas y litúrgicas muy acorde con las creencias profundas de la autora. La calidad del conjunto de las piezas de la misa, todas ellas compuestas en un estilo audazmente contemporáneo, es muy alta, y así lo podrán comprobar los aficionados a la polifonía dentro de unos meses, cuando la misa se pueda estrenar completa, ya que hasta el momento el coro solamente ha podido aprender una parte. Será un verdadero acontecimiento en el mundillo musical asturiano y todo un lujo para el coro riosellano, pues muy pocas formaciones corales en el mundo pueden presumir de cantar una misa compuesta por su propia directora.

Dorothy Gillett se despide, pero no se va del todo, el próximo viernes. El coro, que también estrenará nueva presidencia y nueva junta directiva ese mismo día, le entregará el título de Socia de Honor, un homenaje modesto pero que simboliza el gran cariño y respeto que todos los coralistas, sin excepción, sentimos por quien ha sido el alma mater de este coro desde su fundación en 2007 hasta el día de hoy. Y seguro que no va a acabar aquí la historia, pues a esta atrevida angloasturiana de Camangu aún le queda muchas cosas por hacer.

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