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Cronista oficial de Piloña

Los Tritones de l'Ynfiestu

El ambiente festivo y de preparativos en la villa piloñesa

Ya se respira en la villa de l'Ynfiestu el ambiente de preparativos festivos que tradicionalmente constituyen el pórtico de la fiesta de les Piragües. No podría ser menos, el proyecto de Dionisio de la Huerta, hoy bastante desvirtuado, se mantiene con una aceptable fidelidad en estas tierras piloñesas que pusieron a su disposición los dos elementos necesarios para su fabulada iniciativa, un cauce fluvial, el del Piloña, y sus gentes, los ribereños del l'Ynfiestu.

Los Tritones son, en efecto, el grupo de "teloneros", si se me acepta el término, que nuestro Dionisio concebía como grupo folklórico en el complejo escenario del Descenso. Eran "su ejército", los que animaban la jornada festiva, garantizaban las actividades folklóricas y velaban especialmente por ese espíritu de fiesta, identidad y camaradería que caracteriza a los piloñeses. Ser Tritón es una categoría que por lo general solo disfrutan los jóvenes de l'Ynfiestu, los jóvenes y no tan jóvenes, los residentes y los que viven fuera, los solteros y los casados, los chicos y las chicas, pues la hortensia que portan éstas es símbolo de belleza, poderío e igualdad.

En realidad el grupo de los Tritones concebido por aquella mente privilegiada de Dionisio era un proyecto de largo alcance, que si bien se puso en marcha con función secundaria dentro de la gran representación de les Piragües podría tener protagonismo por sí mismo, al ser un proyecto original y vinculado al cauce fluvial que tanto determina y define el modo de ser y el carácter piloñés, el río Piloña. Se asentaba o asienta sobre unas bases ficticias pero fundamentadas en pasajes históricos vinculados a esta tierra, los Tritones franquean con sus tridentes el cauce de un río, el Piloña a su paso por este concejo, que atravesó Pelayo en su conocida gesta histórica. Habrá discurso histórico que garantizara mejor la iniciativa?. La incorporación del rey Pelayo al proyecto le confiere una alta dosis de asturianía y un carácter de ambicioso ámbito regional.

Pero es que además los Tritones simbolizan otra idea fundamental en el pensamiento de su creador, y que está relacionada con el poder que tiene el cauce del río para unir a los pueblos y a sus ribereños, incluso hasta para compartir las actividades lúdicas.

En efecto, su traslado y llegada a la capital parraguesa, su indumentaria a modo de faunos coronados, sus cancioneros y otras notas de color que desbordan a su paso, constituye una auténtica explosión de alegría, que es la que caracteriza a les Piragües. No se concibe ésta sin la presencia de Tritones, ellos son en cierto modo los responsables de poner esa nota que tan afinada había creado Dionisio de la Huerta para tan artística sinfonía. No podría faltar, lo mismo que los corredores en un San Fermín, claro que no, la trayectoria de este grupo de piloñeses va íntimamente relacionada con el Descenso del Sella, sigue su itinerario y su destino al formar parte del mismo.

Son conscientes de esta realidad los hermanos Kevi y Toño, dos entusiastas de la fiesta que capitanean con auténtico magisterio y ajustado protocolo a todos esos jóvenes piloñeses que como Tritones actúan, a modo de embajadores de Piloña, trasladando aguas abajo la identidad asturiana para fundirla en un mar abierto de límites transoceánicos.

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