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Ramón Díaz

Orientalia

Ramón Díaz

Bedón y los de les perres

La clave de que la iglesia de San Antolín de Bedón esté abandonada a su suerte es, como casi siempre, el dinero. Nadie quiere hacerse cargo de ese edificio, construido en el siglo XIII y declarado monumento nacional en 1931 y bien de interés cultural en los ochenta, porque hay que rehabilitarlo y mantenerlo, y eso cuesta mucha plata. Y no da votos (o eso creen los politicastros). Hace poco más de un año, a la vista de las contundentes pruebas que demuestran que la titularidad corresponde al Estado (nadie lo dude, es así), el Ministerio de Cultura estuvo a punto de registrar el templo. Pero intervino el Ministerio de Hacienda (el de les perres) y puso el grito en el cielo. Los dirigentes del ministerio que parte y reparte los cuartos rechazaron hacerse cargo del templo, al estimar que su reparación implicaría una inversión millonaria. Así que entre todos rescataron de un cajón un viejo informe polvoriento de la Abogacía del Estado, elaborado cuando apenas había documentación sobre la iglesia y juraron por sus cargos que no estaba claro a quién correspondía la titularidad. Todo ello sin sonrojarse. Y la iglesia desfalleciendo.

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