Es absurdo que continúe recayendo en Puertos la titularidad de terrenos ganados mediante rellenos a la ría de Ribadesella hace un siglo, que son desde hace decenios plenamente urbanos, en los que se han construido equipamientos de todo tipo y que necesitan una urgente ordenación. La situación es tan disparatada como las que generaba la Ley de Costas de 1986, que declaraba pertenecientes al dominio público marítimo terrestre todos los terrenos a los que hubiera llegado la mayor marea conocida, sin límite hacia atrás en el tiempo. O sea, que si se hubiera empeñado algún politicastro se habrían declarado "de Costas", por ejemplo, terrenos situados muy cerca del Mirador de la Reina, en los Picos de Europa, donde hay fósiles marinos. Pero el problema no es que Puertos y Costas sigan siendo los amos de esos terrenos, sino que no se ocupen de ellos, salvo para restringir, prohibir y multar. Así no es la cosa.
