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Ramón Díaz

Orientalia

Ramón Díaz

El valor de las cosas

Cuando el mundo giraba más despacio y la vida era más serena, el valor de las cosas era medido por su utilidad inmediata y no por su potencialidad futura. Pero en esas llegó el mercado de futuros, y con él, la transferencia de riesgos por evolución de los precios, la ganancia especulativa... Y las cosas empezaron a importar lo que el negocio que pudieran generar. O sea, que un prado dejó de ser un prado y de tener un valor consonante con el alimento del ganado que producía o los sembrados que acogía para valer tanto como el número de chalés que pudiera contener. Por ejemplo. Entonces, las fincas, terrenos, campos, solares y parcelas dejaron de tener valor paisajístico, histórico, cultural o ambiental, para pasar a tener, únicamente, el urbanístico. ¿Cuánto vale la finca de Los Altares? Lo que los adosados que haya dibujado graciosamente el gobierno de turno. Lo demás no parece importar. Y así nos va.

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