La declaración de ayer en el Parlamento de Cataluña deja interrogantes. Según los independentistas, la legitimidad para iniciar el proceso de "desconexión" surge del número de escaños obtenidos en las elecciones: 72 ellos y 63 los unionistas (llamémosles así), porque en votos ganaron estos últimos (cosas de la pseudodemocracia asimétrica). Una de las preguntas cuya respuesta flota en el aire es qué pasará si en las próximas autonómicas (o generales de la república catalana, o lo que sean) ganan los unionistas. Porque podría ocurrir que Catalonia y Spain estuvieran "conectándose" y "desconectándose" cada cuatro años. "Ahora vamos, ahora venimos", que dirían las Hurtado. Más: puesto que el Parlament aprobó desoír las leyes del Estado y a sus instituciones, ¿podrán también los ciudadanos catalanes desoír las leyes del nuevo estado y a sus instituciones? ¿O seguirá el embudo apuntando hacia el mismo lado? Se admiten apuestas.
