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Ramón Díaz

Jamones, cenas y "putiferios"

Ante todo, presunción de inocencia. Todo el mundo es inocente hasta que un tribunal dicte lo contrario en sentencia firme y bla, bla, bla. Ahora bien, como se demuestre que Aquagest hacía esos regalos (jamones, plumas Montblanc, relojes de oro Rolex, agendas Cartier, jarrones Versace...) y pagaba esos viajes (balnearios, masajes, tratamientos faciales, copas, cenas y "putiferios"), lo más grave del caso no será la existencia de corruptores y corruptos, pues eso, a la vista está, parece propio de la condición humana (mejor dicho, de algunos humanos). Lo más grave será el hecho de que todas esas "mordidas" se habrán pagado con nuestro dinero. Porque los millones que costaron los sobornos han salido, nadie lo dude, del recibo del agua que los ciudadanos pagamos religiosamente. Hemos pagado durante muchos años de más -y seguimos pagando, seguramente- para que unos sinvergüenzas untaran a otros. Que nos lo devuelvan.

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