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El Puentón

El nuevo edificio del IES Rey Pelayo

Sobre la necesidad de construir fuera de la zona inundable en Cangas de Onís

Se habla y no se para sobre la urgente necesidad de derribar el inmueble del antiguo Instituto Femenino, adscrito al Instituto de Educación Secundaria Rey Pelayo, en la ciudad de Cangas de Onís, a causa de daños estructurales. Un edificio que fue construido a mediados de los 60 del siglo pasado, el cual abrió sus puertas a la comunidad estudiantil el 2 de noviembre de 1965, hace justo cinco décadas. Aún más: el citado centro docente se costeó gracias a la generosidad de Ramón Gonzalo González de Soto -oriundo de Cuenco (Margolles), fallecido el 1 de diciembre de 1966-, esposo de Camila Beceña González, otra ilustre benefactora.

Desde el pasado curso 2014/15 el antaño Instituto Femenino -en su momento se denominó Sección Femenina del Centro de Enseñanza Media y Profesional- se encuentra clausurado, ya que sendos informes técnicos avalaron esa medida. Entre tanto, mientras gran parte del alumnado dispone de aulas prefabricadas, se aguarda con impaciencia a las máquinas encargadas de la demolición del edificio dañado, la cual podría tener lugar a lo largo de la segunda mitad del próximo ejercicio de 2016, siempre y cuando existe partida presupuestaria para tal cometido. Hasta aquí, más o menos lo previsto por los responsable de la Consejería de turno.

Ahora bien, con independencia de que se demore más o menos tiempo el derribo, lo que sí me tiene en vilo es saber si la futura edificación volverá a localizarse en los mismos terrenos del actual Instituto, es decir, en zona considerada como inundable. De hecho, bien es conocido que en varias ocasiones la planta baja -donde se ubican aulas y demás dependencias-, acabaron siendo anegadas por invernales o primaverales avenidas del río Sella. En mi modesta opinión, y teniendo en cuenta que se prevé una nueva edificación, lo más lógico sería apostar por un asentamiento más alejado de la ribera, dentro del mismo campus del Rey Pelayo, pues el proyecto a ejecutar no supondría un considerable aumento.

Insisto, no me parece lógico volver a edificar otro inmueble en la misma zona inundable, en idéntico lugar que ocupa el edificio dañado, estructuralmente, según los informes técnicos.

Por otro lado, también me inquieta el panorama que presenta la cubierta de lo que aquí, en Cangas de Onís, como las Escuelas "Vázquez de Mella", edificación igualmente vinculada al Instituto de Secundaria Rey Pelayo. Un vetusto inmueble que data de antes de la República -principios de la década de los 30 de la anterior centuria-, el cual presenta un importante deterioro en la cubierta del mismo, ya que en su momento se construyó con pontones y vigas de madera. Las filtraciones y humedades es posible que hayan afectado, después de tantos años, a la estructura del mismo. Creo que necesita una actuación a fondo, en previsión de evitar males mayores.

No se trata de alarmismos infundados, sino de algo coherente. Por cierto, me viene a la memoria el antiguo Instituto Femenino en cuya planta baja no había aulas -estaba en pilares-. Me imagino que con la creciente demanda estudiantil se decidió acondicionar, tiempos después de su inauguración, toda esa planta para atender las necesidades del centro docente, toda una novedad en aquellos años 60. Más tarde, el mismo edificio iría ampliándose y dotándole de más dependencias, siendo la última actuación importante bastante reciente, uniendo las tres arcaicas edificaciones -antiguo Femenino, antaño Vázquez de Mella y el inmueble de Formación Profesional-. Ahora, se acerca el turno de las máquinas de derribos.

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