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Ramón Díaz

Orientalia

Ramón Díaz

El pericote y la patria vecina

Una de las aspiraciones de los niños y las niñas del concejo de Llanes de hace medio siglo era bailar el pericote en las fiestas del bando. Miraban (mirábamos) cómo lo hacían los mayores y tenían la secreta ilusión de interpretarlos algún día. Y cuando ese momento llegaba, en muchos casos después de años de bailes "menores", al orgullo propio se unía el de toda la familia y los buenos amigos. Por lo que se ve, sobre todo, en Llanes, los niños y las niñas de hoy tienen aspiraciones similares: da gusto ver a la chiquillería acudiendo a los ensayos de las fiestas de pueblu. Vecinos y veraneantes unidos. El pericote era y es la meta. Sobremanera en Llanes, donde es el baile "nacional", si se permite la licencia. Y aunque es verdad que la mayoría de los bienes de interés cultural están abandonados a su suerte y que ese "título" es poco más que palabrería, el pericote (y otros bailes del país) deberían tenerlo. Como en Cantabria, patria vecina.

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