Al hilo de la situación creada tras aprobar Cantabria la declaración del pericote (y el trepeletré) como bien de interés cultural inmaterial, hay que reivindicar una vez más (nunca será bastante) la impagable labor de las comisiones de fiestas de Llanes y el resto de la comarca. Son responsables los integrantes de estas comisiones, por ejemplo, de que se hayan conservado los bailes, las danzas y otras muchas tradiciones de este país, tan pequeño, grandón y olvidadizo. Sin las comisiones de fiestas quizá se habrían perdido para siempre bailes como el pericote, el fandango de Pendueles, la jota del Cuera, el trepeletré y el corricorri o danzas como las de San Juan o el Cristo. Y es de agradecer su trabajo porque "ser comisión", como se dice en la zona, roba mucho tiempo, cuesta dinero y, en ocasiones, hasta genera enfrentamientos con algunos vecinos. Llanes no sería lo que es en materia turística sin estas personas, cuya vida guarde Dios muchos años.
