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¡Hasta siempre, Farpi!

Mis gratas experiencias con el fotoperiodista Jesús Farpón, recientemente fallecido

Me quedé de piedra cuando me enteré del fallecimiento de Jesús Farpón, con quien compartí grandes momentos, pues fueron muchas las ocasiones en las que se acercó a mi querida comarca del Oriente para cubrir, gráficamente, infinidad de eventos. Le conocí allá por la segunda mitad de los 80 del siglo pasado y desde el primer momento hubo muy buen rollo entre nosotros, ya que él, además, era la persona que solía revelar la mayor parte del material gráfico -por aquella época todo en blanco y negro- que este aprendiz de periodista mandaba a Oviedo, a través de quien fuera, para la redacción de LA NUEVA ESPAÑA.

Coincidimos en cantidad de lugares en pro de la noticia, por lo que tuvimos grandes momentos para conversar de lo divino y de lo humano. Siempre recordaré sus tacos, aunque el malhumor se le pasaba en un plis-plas; o, al contrario, las sonrisas pícaras cada vez que soltaba alguno de sus característicos latiguillos. Hubo instantes duros de tarea informativa, como cuando nos tocó -eso sí, con refuerzos- el trágico accidente del helicóptero de la Ertzaintza que participaba en la búsqueda de Germán Quintana, en los Lagos de Covadonga, el 12 de junio de 1987, en el que fallecieron siete personas.

Varias ediciones de Descenso Internacional del Sella, Feria de los Quesos, Fiesta del Pastor, aperturas de la temporada de pesca del salmón... fueron algunas de las citas en las que "Farpi" -como le llamaba- se acercaba al Oriente para hacer las fotografías de rigor, en tanto a mí me tocaba realizar la información. Sin embargo, lo que recuerdo con cariño es mi foto portada de LNE el 20 de septiembre de 1996: la retirada de Miguel Indurain, a la altura de Vega los Caseros (Parres), en el transcurso de la 17ª. etapa de la Vuelta Ciclista a España.

Yo no formaba parte del equipo de LNE que cubrió el final de etapa en los Lagos de Covadonga. Una simple "corazonada" me obligó a ir al Hotel El Capitán convencido de que Indurain no acabaría la etapa y abandonaría la carrera. Así fue. Nada más pasar el pelotón, el ciclista del Banesto giraba en la N-625 hacia el citado establecimiento hotelero. Me dio tiempo a tirar una ráfaga de fotografías con mi modesta máquina, sin enfoque automático. Minutos después, con las piernas aún de temblequeo, me localiza Antonio M. Otero -mi jefe de sección en LNE- para que no me moviera de allí. Me acababa de ver por las imágenes de TVE y debía aguardar a que otro de los fotógrafos del periódico bajase de los Lagos para que recogiese el material que había conseguido.

A la jornada siguiente, nada más verla publicada -nunca pregunté cuánto me pagaron por ella, ni me importó nunca- mi satisfacción era plena y las felicitaciones que me llegaron desde la redacción me apabullaban, como si hubiese ganado un premio. Había sido la mejor instantánea recogida por toda la prensa, a tenor de lo que me dijo Otero, del momento del abandono del pentacampeón del Tour de Francia, el gran Miguel Indurain. Y la hizo un simple corresponsal de pueblo. Poco después me entero, por el propio "Farpi", que había sido él quien se encargó de revelarla y darle más amplitud -al quedar desenfocada en un principio- hasta lograr convertirla en un verdadero icono del ciclismo español.

Se nos fue un gran amigo, un buen fotoperiodista, una persona bondadosa. ¡¡¡¡Hasta siempre, "Farpi"!!!!

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