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Ramón Díaz

Orientalia

Ramón Díaz

El voto y los dogmas de fe

Hay quien no ha comprendido aún que cada cual tiene su escala de valores, personal e intransferible. Y respetable. De ahí que cada cual vote lo que le dicta su conciencia. Hay gente, mucha últimamente, que ve la corrupción como el asunto capital, el que debe determinar el voto. Y está en su derecho. Pero otras personas anteponen otras cosas. Así, hay quienes consideran que lo más importante a la hora de votar es el futuro de la llingua asturianas; y hacen bien. Otros miran lo que conviene a los desfavorecidos; y también. Otros prefieren la estabilidad, otros la reforma, otros la ruptura... Otros votan pensando en sus hijos, otros en sus mayores, otros en su bolsillo... Y, por supuesto, hay muchos que votan por ideología o por afinidad a un líder. Todo ello es lícito. No hay verdades absolutas, no hay dogmas de fe (ni de derechas, ni de izquerdas) y nadie está en posesión de la verdad absoluta. Salvo William Godwin, seguramente.

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