El ataque intolerable del que ha sido objeto la alcaldesa de Ponga, la socialista Marta Alonso, requiere una respuesta clara y contundente. En el Juzgado y en la calle. Los ponguetos de bien, independientemente de sus ideas políticas, condenarán esa agresión por delictiva, por machista y por antidemocrática. Marta Alonso es alcaldesa de Ponga porque así lo han decidido los legítimos representantes de la gente que votó en las últimas elecciones municipales. Las leyes vigentes, gusten más o menos, establecen que para asegurarse la Alcaldía hay que alcanzar la mayoría absoluta. Y a veces ni siquiera eso es suficiente (que se lo pregunten a la alcaldesa de Ribadesella, Charo Fernández). Si no hay mayoría absoluta, el pacto es una herramienta democrática más, legítima y respetable, para alcanzar un gobierno estable. Hay que decir sí a la crítica, a la democracia y a la libertad. Y hay que decir no al insulto, al atentado y a la injuria.
