Gestionar el miedo es difícil. Pasó en Ribadesella, está pasando en Colunga y es posible que pase en Llanes. Cuando se recalifica sin ton ni son, junto con personas que buscan ganarse legítimamente el pan, aparecen los especuladores, buscando dinero fácil. Algunos compran terrenos como si no hubiera mañana, pagando en ocasiones precios de escándalo por metro cuadrado. Y como a algunos ayuntamientos (tratados como menores de edad en materia de financiación por el Estado y las comunidades autónomas) también les gusta el dinero fácil, recalifican y vuelven a recalificar. Pero a veces ocurre que los planes se desmoronan. Y llega el miedo. En el caso de Ribadesella, el miedo llevó a las autoridades a mantener parte de Oreyana como zona de reserva. Ahora en Colunga, el miedo a reclamaciones paraliza a las autoridades. Y en Llanes... bueno, en Llanes puede pasar cualquier cosa. Así que a ver cómo gestiona el miedo el cuatripartito.
