La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Ramón Díaz

Orientalia

Ramón Díaz

Juzgados: los hermanos pobres

Los juzgados son los hermanos pobres de la Administración. En los parlamentos, ayuntamientos y demás sedes de los poderes legislativo y ejecutivo, salvo raras excepciones, reina la alegría. Sillones nuevos, estanterías nuevas, material nuevo... Mientras tanto, en los juzgados imperan la falta de espacio, las humedades y todas las deficiencias imaginables. Hace años se estrenó sede judicial en Llanes, aunque ya se ha inundado en dos ocasiones (será que no se construyó en el lugar adecuado, seguramente). Ahora se anuncia un nuevo juzgado en Infiesto (el actual está tomado por las humedades y el mal olor). Resta el Juzgado de Cangas de Onís, que presenta un estado deplorable. Allí las ratas y el coroyu se comen los expedientes. No hay apenas espacio, ni salas suficientes y las humedades devoran las paredes, el suelo, el techo y hasta los papeles. Un desastre. Pero a casi nadie parece importarle. ¡Pobre poder judicial! ¡Pobre democracia!

Compartir el artículo

stats