La escasa participación en las elecciones organizadas por el Ayuntamiento de Llanes en algunos pueblos debe llevar a la reflexión. ¿Cómo es posible que en San Roque sólo haya acudido a votar el 3 por ciento de las personas con derecho a voto y en Celoriu el 9? Algo ocurre. O quizá no ocurre nada, que es peor. La recuperación de las elecciones a las alcaldías de barrio, relegadas en los últimos años a meros trámites y, en muchos casos, a designaciones a dedo, es un logro democrático que no debe perderse de nuevo. Pero quizá buena parte de la población esté tan cansada de la política que prefiere alejarse de estos procesos. O tal vez falte educación democrática. O lo mismo la mayor parte de la gente prefiere la democracia representativa y dedicarse a la crítica. ¿Cómo alentar la participación popular? Hay que seguir organizando concejos públicos, hay que dotarlos de contenidos, hay oír a la gente, animarla a que hable y que se sienta escuchada.