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Identidad llanisca y globalización

Clausurada la exposición "Llanes y las ballenas", que fue visitada por más de 11.000 personas

Paradójicamente, en plena globalización, las referencias culturales de carácter local están cobrando un valor creciente. La cultura propia es, en último término, lo verdaderamente tangible. Lo abarcable. La identidad. La memoria. Un anclaje en medio de la inmensidad.

A nadie se le debe escapar que los ayuntamientos, a través de las casas de cultura, juegan en relación con esto un papel esencial. La prioridad de un centro cultural municipal (la obligación, diríase con más propiedad) no es competir con el Guggenheim sino defender, conservar, difundir y dar visibilidad a todo aquello que constituye las señas propias del municipio del que forma parte (historia, patrimonio, personajes, economía tradicional, folklore, conocimiento del territorio...).

La muestra "Llanes y las ballenas", que recibió la visita de 11.144 personas, es un ejemplo significativo de la aportación al panorama cultural asturiano que representan las exposiciones de producción propia. Las muestras de este tipo hechas en la villa de Ángel de la Moría se han venido sucediendo desde 1988: "Llanes, imágenes del siglo XX", "Fósiles, aves y mamíferos del Concejo de Llanes", "Llanes, una mirada a la mar", "Centenario de la llegada del tren (1905-2005)", "Llanes y la invasión napoleónica", "El arquitecto Joaquín Ortiz y el Llanes de la Segunda República", "El pintor Jesús Palacios de la Vega (1918-2011)" y "José de Posada Herrera, un político decimonónico", entre otras muchas.

No obstante, esta línea estratégica de la programación en los territorios locales no es incompatible con las dinámicas para entender la compleja realidad cultural contemporánea o para acercarse a aspectos concretos de la aldea global. La mirada al mundo viene a complementar la atención prioritaria a lo próximo, a lo que más nos concierne, y a ese propósito ha venido respondiendo una larga serie de exposiciones que atrajeron, como las anteriores, a miles de visitantes: "América entre nosotros", "Inquisición y Justicia seglar", "Berlín, años 20", los fotógrafos de la Agencia "Magnum", "Realidades de la realidad" (en la que estuvieron representados Antonio López, Cristóbal Toral, Eduardo Naranjo, Amalia Avia, María Moreno, Julio López Hernández y otros grandes nombres de la pintura), el fotógrafo francés Félix Nadar (1820-1910), "Historia de los puertos españoles", "La ciudad hispanoamericana: el sueño de un orden"... Exposiciones que llegaban al Principado por primera o única vez.

En otros apartados, como los cursos de verano, se mantiene igualmente esa doble visión. La colaboración con las Universidades de Alcalá y de Maryland permitió trasladar a Llanes un escenario de reflexión y debate, con la presencia de políticos de la Transición (los "padres" de la Constitución de 1978, incluidos), protagonistas de la recuperación de la memoria histórica, juristas y académicos, así como humoristas gráficos de los principales periódicos, con Antonio Fraguas, Forges, a la cabeza.

La clave está en la combinación entre lo cercano y lo lejano. Frente a eso, o contra eso, el papanatismo de los que desprecian las tradiciones, la vida y la historia locales y cacarean su obsesión cosmopolita como la mejor fórmula para diseñar actividades culturales, evidencia una prepotencia de risa y una paletada en toda regla.

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