Un parque nacional ha de ser un santuario, en el que el primer objetivo sea la conservación de los ecosistemas naturales. El de los Picos de Europa representa en la Red de Parques Nacionales a los ecosistemas ligados al bosque atlántico. Pero, en realidad, la mayor parte del territorio protegido no tiene nada que ver con ese tipo de bosque, uno de los más diversos y con mayor riqueza biológica del mundo. Buena parte de los Picos de Europa son praderías, majadas y vegas en las que se practica el pastoreo y la ganadería extensiva desde tiempos inmemoriales y que, en su mayor parte, muy poco o nada tienen que ver con el bosque atlántico. Otras zonas del área protegida son pura roca caliza. Y sólo una mínima parte es bosque. Una de tres: o se modifica la función del parque en la Red, o se reduce su extensión a aquellas áreas que son verdaderamente bosque atlántico (y públicas) o se deroga y se acaba de una vez por todas con la burla.
