Llanes vive en un bucle. Corría el año 1970 cuando la Comisión Provincial de Urbanismo, madre putativa de la CUOTA, aprobaba en Plan de Extensión de Llanes, y 1978 cuando ese mismo organismo daba luz verde a la Delimitación de los Núcleos de Población del Concejo de Llanes, dos documentos urbanísticos que nunca fueron derogados, pero que ni siquiera se sabe dónde están. Tampoco se les espera. Cuarenta y seis años después -treinta y ocho para los que ven el vaso medio lleno- y con tres planeamientos anulados al llombu, más otros dos nonatos que también costaron una pasta, el Ayuntamiento de Llanes se dispone a hacer otra vez lo mismo: delimitar los suelos del concejo, para saber dónde acaba Llanes y dónde empieza Pancar; dónde acaba Posada y dónde empieza Bricia; dónde acaba Nueva y dónde empieza Obiu... Cuatro decenios más tarde, vuelta a empezar. Llanes vive en un bucle. Corría el año 1970 cuando...