La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Ramón Díaz

Orientalia

Ramón Díaz

La castañarona de Lledíes

"¿Para qué me sirven a mí los osos?", preguntaba hace años un vecino de Oviedo, contrario a destinar dinero público a la conservación de esa especie. "Pues para lo mismo que a mí el Campo de San Francisco", respondió un cangués, conforme con la conservación tanto de los plantígrados y como del parque urbano ovetense. En este mundo utilitarista (en el sentido académico de la palabra) y arboricida, en el que todo se mide en función de su valor económico, infunde ánimos ver cómo buena parte de los habitantes de un pueblo se preocupan por la vida de un árbol. Algunos vecinos de Lledíes o Lledías (perfecto ejemplo de un pueblo que debería tener dos topónimos oficiales, para que nadie se sienta agredido) rememoran historias personales vividas al amparo de la vieja castañarona que amenaza con caerse sobre la carretera. Ojalá su lucha sirva para que el más viejo de los habitantes de Lledíes dure otros trescientos años más.

Compartir el artículo

stats