Hay que repetir, hasta que duela, que entre las ocho ciudades más pobres de España figuran: Torrevieja, Fuengirola, Benidorm, Torremolinos y Marbella, según los Indicadores Urbanos del proyecto europeo Urban Audit , publicado en marzo (http://www.ine.es/prensa/np920.pdf) ¿Cómo es posible, preguntarán algunos, si esas cinco ciudades se cuentan entre las más turísticas de España y suman millones de visitantes? Muy fácil: la masificación, la construcción desbocada de segundas residencias de ínfima calidad y de hoteles desmesurados y el monocultivo turístico de sol y playa generan enormes beneficios a las grandes empresas (cadenas hoteleras, constructoras, bancos...) y precariedad y sueldos miserables entre la ciudadanía. Hacen falta políticos que sepan mirar más allá de las próximas elecciones y que se atrevan a diseñar un proyecto turístico adecuado, no agresivo, sostenible y que permita retener el beneficio allí donde se origina.
