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Ramón Díaz

Orientalia

Ramón Díaz

Cubierto de pámpanos

En la oposición todo es poesía. Desde allí se puede creer que el trigo era agua, querer que la noche se quede sin ojos, escribir los versos más tristes esta noche, estar cubierto de pámpanos, llorar ante un muro ciego, ser polvo enamorado, dejar palomas tristes junto a un río, buscar el sol de las cinco de la tarde, andar haciendo camino, oír la dulce voz de una sirena... y allá a su frente Estambul.

Pero en el gobierno, ¡ah en el gobierno!, todo se vuelve prosaico. Allí ni hay quien crea que el mar era el cielo, ni quieren que el agua se quede sin cauce; ni tiritan, azules, los astros a lo lejos; ni se duerme sobre escarcha, ni su dignidad es la de todos, ni nadar sabe su llama la agua fría, ni hay caballos sobre el sol de las arenas, ni buscan una flecha viva como un pájaro, ni se hace camino al andar, ni piden prestada sobre fe paciencia... del uno al otro confín.

...Y el viento

gime entre las alas de los pájaros.

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