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Ramón Díaz

Orientalia

Ramón Díaz

Un edificio horripilante

Cuando iba a construirse el horripilante edificio que afea la preciosa playa de Cuevas del Mar, en Nueva de Llanes, alguien que anda por ahí expresó su opinión, contraria a los vientos políticos que entonces soplaban, gobernados por la masificación desbocada y la orgía del ladrillo. Criticó aquel la construcción del adefesio en mitad de un paraje idílico, el mismo al que cantó el mejor poeta del lugar, Pepín de Pría, en su genial "Nel y Flor". Y auguró que acabaría desmantelado, abandonado a su suerte. Entonces se levantaron muchas voces para acallarlo. Que si propiciaría la creación de decenas de empleos, que si trabajarían allí cien vecinos, que si generaría actividad... Cuentinos de gaita. Lo cierto es que los que por allí pasaron se aprovecharon de ayudas y prebendas, hasta que la cosa se torció y huyeron a toda prisa, llevándose cuanto pudieron. Y allí sigue el edificio. Cerrado. Vacío. Solo. Arruinado. Feo como una puñalada.

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